“El cambio de milenio se ha visto acompañado de un tsunami tecnocientifico y cultural que ha sacudido de forma brutal las conductas sociales. En la estela de tradición de retratos con espejo, la confluencia de Internet con la proliferación de las cámaras digitales, y los teléfonos celulares con cámara incorporada da lugar a una modalidad de imágenes tremendamente popular: los ubicuos autorretratos frente a espejos. Como particularidad específica de esos autorretratos, y como trasfondo simbólico de una pregnancia que cierra el círculo perceptivo, la propia cámara con la que se ha efectuado la toma aparece en tanto que dispositivo de registro, también reflejada en la imagen resultante. La industria de la telefonía marca el rumbo de la fotografía: lo primordial ya no es imprimir la imagen, sino enviarla.
Desde Altamira y Lascaux, las representaciones pictóricas eran prerrogativas de la magia instituida por chamanes y brujos, seres singulares dotados con un don que les permitía invocar lo sobrenatural mediante la imagen. En el arte clásico los espejos están presentes en numerosas obras convertidas en iconos culturales, como la Mujer peinándose ante el espejo, de Bellini; Venus ante el espejo, de Tiziano; Venus y cupido y Venus ante el espejo, ambas de Rubens y, por descontado, la Venus del espejo de Velasquez.
De hecho, el único referente de que disponía la primera generación que asistió al nacimiento de la fotografía fue el espejo, ya que desde mucho antes había sido el medio que duplicaba lo visible de una forma precisa, clara y brillante como posteriormente lo haría el daguerrotipo. Leonardo da Vinci escribió: «El espejo de una superficie plana contiene en si la pintura más genuina (…) Vosotros, pintores, reconoceréis en la superficie de los espejos planos a vuestro maestro». Si el espejo actúa de maestro para la pintura, para la fotografía devendrá su matriz. Dado que los espejos solo adquieren sentido cuando alguien se mira en ellos, la historia de los espejos equivale a la historia de la visión, de la conciencia y del conocimiento. Las superficies reflectantes han servido, paradójicamente, tanto para revelar la realidad como para ocultarla, facilitan la observación empírica, pero simultáneamente devienen ventanas a la imaginación y a lo ilusorio: traducen en definitiva, la insalvable contradicción de la naturaleza humana. En 1529, Lucas Furtnagel pintó a una pareja sujetando un espejo convexo que refleja sus rostros como calaveras; en el marco del espejo una leyenda reza: «Conócete a ti mismo». Como replica irónica Pieter Bruegel dibujo a un hombre que se observa en un espejo y añadió la pesimista inscripción: «Nadie se conoce a si mismo»".
Joan Fontcuberta
Del ensayo "La Danza de los Espejos. IDENTIDAD Y FLUJOS FOTOGRÁFICOS EN INTERNET"
REFLECTOGRAMAS:
“Un nuevo género de imágenes tremendamente popular en Internet: autorretratos realizados sobretodo por jóvenes y adolescentes frente a espejos en donde se ve su propia cámara. Espejos en lugares de intimidad o sitios de ocio. En estas fotos la voluntad lúdica y autoexploratoria prevalece sobre la memoria. Tomarse fotos y mostrarlas forma parte del juego de los rituales de comunicación de las nuevas subculturas urbanas”.
Joan Fontcuberta
Del ensayo "La Danza de los Espejos. IDENTIDAD Y FLUJOS FOTOGRÁFICOS EN INTERNET"
En "A través del Espejo", la Oficina de Ediciones, Madrid, 2010.
"Venus y cupido" Rubens (1606-1611)
"Venus ante el espejo" Rubens (1614-1615)
“Mujer peinándose en el espejo” de Bellini (1515) "Conocete a ti Mismo" Lucas Furtnagel. 1529. "Venus del espejo" Velásquez. (1647-1651) |
«Las fotos que hacen hoy los fotógrafos profesionales son aburridas, las que realizan los artistas son patéticas y la única esperanza que nos queda son los aficionados porque en ese territorio es donde se encuentra la espontaneidad y la originalidad. La gente que hace fotos y las cuelga en Internet goza de una maravillosa libertad».
Palabras de Joan Fontcuberta.
Joan Fontcuberta